Celebrar contigo María Inmaculada

Publicado en por P. Olivier Sournia

Queridos amigos y amigas,

El año pasado os habíamos anunciado un nuevo tipo retiro llamado “Encuentros en Galilea”, presentado en la Circular anual, pero que no pudimos vivirlo realmente a causa de los sucesivos confinamientos. Ahora bien, tras los magníficos y profundos diálogos con Françoise y Roger por fin pudimos experimentar, a finales de septiembre, la gracia de esta nueva forma de vivir un retiro centrado en la experiencia concreta de la vida con el Resucitado. Este retiro profundamente arraigado en la celebración de la Eucaristía hace posible en cada uno la escucha de la Palabra y de lo que el Espíritu Santo invita a vivir durante el día: caminata, soledad, participación en el trabajo comunitario, lectura… el día termina con un tiempo de encuentro, espontáneo y rico en el que cada cual se expresa libremente sobre lo que ha vivido durante el día. Para la comunidad es una autentica dicha compartir lo que nos hace vivir y dar testimonio del legado que recibimos. De esta primera experiencia, queda manifiesto que la Eucaristía es verdaderamente el alma de este retiro y que, por consiguiente, es necesaria la presencia de un sacerdote.

Esto me lleva a compartir con vosotros una noticia más dolorosa. Desde hace varios meses el estado de salud del Padre François Rouyer nos preocupaba mucho. Allgunos de entre vosotros habéis preguntado por él. El viernes 3 de diciembre François fue operado de un cáncer de páncreas, diagnosticado hace algunas semanas. Somos muy conscientes de la gravedad de su enfermedad, pero seguimos confiando. Y os pido con insistencia que recéis por él para que de un modo que solo Dios conoce, François reciba fuerza y valor en el combate contra su cáncer. Rezad también por quienes lo cuidan y por la comunidad.

Esta nueva precariedad, así como la experiencia de los Encuentros en Galilea, nos han llevado a revisar nuestro calendario dado que yo no puedo estar presente en ninguna de las fechas inicialmente previstas para estos retiros. Así pues, vamos a sustituir algunos “Encuentros en Galilea” por retiros “Trabajar y Compartir”, espacios de vida con la comunidad, compartiendo la oración, el trabajo y la escucha de la Palabra.

El tiempo litúrgico de Adviento es, entre todos, el tiempo de la Esperanza, en cuyo centro la Iglesia nos da la fiesta de la Inmaculada Concepción. Sí, es bueno, mantener nuestras miradas y nuestros corazones vueltos hacia María Inmaculada, Estrella que brilla en la noche… para iluminar y fortificar nuestra andadura en la noche de este mundo. En esta ocasión, nos gusta compartir con vosotros un texto de Florin comentando aquel gesto que tanto emocionó a Jesús de una pobre viuda que depositó en el arca del templo de Jerusalén “todo lo que tenía para vivir”. En su clarividencia fulgurante del misterio Florin nos hace sentir que el gesto de esta mujer proclama todo el misterio de Dios: Un Dios que da todo lo que tiene para vivir. Y María es la que recibe “LA monedita de las moneditas”: Jesús que se encarna en Ella.

Qué estas palabras vibrantes de Florin nos permitan continuar en la Esperanza de mantener nuestros ojos fijos en la estrella.

¡Feliz camino hacia la Navidad!

Olivier Sournia

 

Traducción del francés al español:  Beatriz Simó y Pilar Sauquet

 

 

Unas moneditas para proclamar el mismísimo misterio de Dios…

Lc 21,1-4
Alzando la mirada, vio a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; vio también a una viuda pobre que echaba allí dos moneditas, y dijo: «De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos. Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobraba, ésta en cambio ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para vivir.

¿Por qué los ricos “ponen” dinero en el arca? “Ponen” porque esperan ser vistos. Las monedas deben sonar en el arca, les gusta llamar la atención. ¡Pero Dios no les interesa! Los “grandes” no se relacionan con Dios. Jesús, en otros pasajes del evangelio dice: “Ya han recibido su paga”.

Mientras que esa pobre viuda, una mujer mísera echa dinero y no hace ruido. El gesto de esta mujer es casi anónimo, los otros echan, dejan caer mientras que ella “deposita”… se acerca con suavidad, habita el gesto, que es un gesto de pequeñez. En el primer caso, Dios no recibe lo que echan en el arca, pero aquí recibe lo que esta mujer pone. [Lee mass...]